viernes, 24 de octubre de 2025

Mis hobbies y quién soy:

Soy extrovertida, amable y empática. Me gusta cocinar porque disfruto probar cosas nuevas y preparar comida rica para los míos. Amo la música, siempre me acompaña y me ayuda a conectarme con lo que siento. También soy buena pintando, me gusta expresar mis ideas y emociones sin tanto rollo.

Me encantan las sagas como Harry Potter y Maze Runner, porque me fascina la fantasía y todo lo mágico. Mis personajes favoritos son Draco Malfoy y Newt, simplemente los amo.

Además, amo la música y me gusta mucho la soledad, siempre la disfruto. Cuando estoy aburrida, me pongo a imaginar historias ficticias y me meto en mi propio mundo, que es como mi espacio seguro donde puedo ser libre.



 La importancia del método científico en la investigación:

El método científico es una herramienta fundamental para la generación de conocimiento confiable y sistemático. Consiste en una serie de pasos organizados que permiten a los científicos y personas en general comprender fenómenos, resolver problemas y obtener conclusiones basadas en evidencia.

El proceso inicia con la observación, que es el acto de identificar un fenómeno o cuestión que llama la atención y genera curiosidad. A partir de esta observación surge una pregunta o problema específico que se pretende resolver.

Para abordar ese problema, se formula una hipótesis, que es una posible explicación o respuesta fundamentada que debe ser comprobada mediante experimentos o investigaciones. Esta hipótesis debe ser clara, precisa y susceptible de ser verificada.

Luego, se diseñan y llevan a cabo los experimentos o la recolección de datos, asegurando que sean controlados y repetibles para evitar errores. Esto permite analizar objetivamente la información obtenida.

Con los datos, se realiza el análisis para determinar si la evidencia apoyó o rechazó la hipótesis inicial. Según los resultados, se puede concluir y aceptar la hipótesis, descartarla o modificarla para realizar nuevas pruebas.

El método científico no solo es el pilar de las ciencias naturales, sino que también se aplica en diversas áreas y situaciones cotidianas donde es necesario tomar decisiones basadas en evidencia y lógica.

Además, fomenta el desarrollo del pensamiento crítico, la curiosidad y la capacidad de cuestionar, permitiendo avanzar hacia descubrimientos y soluciones innovadoras.


Tips y consejos para una huerta familiar urbana

  1. Elige el lugar adecuado
    Busca un espacio que reciba al menos 4-6 horas de sol directo al día. Puede ser un balcón, una terraza, un patio o incluso un alféizar. La luz solar es fundamental para el crecimiento saludable de las plantas.

  2. Utiliza recipientes apropiados
    Si no tienes tierra directa, emplea macetas, jardineras o bolsas especiales para cultivo. Asegúrate de que tengan buen drenaje para evitar el encharcamiento de las raíces.

  3. Prepara un buen sustrato
    Usa tierra fértil mezclada con compost orgánico para proporcionar nutrientes. Evita usar tierra que pueda estar contaminada o agotada.

  4. Riega con cuidado
    Mantén la tierra húmeda, pero no encharcada. La frecuencia del riego depende del clima y la temporada, pero generalmente riega por las mañanas para evitar la evaporación y enfermedades.

  5. Selecciona cultivos adecuados
    Prefiere plantas que se adapten bien al clima urbano y al espacio disponible. Hortalizas como tomate, lechuga, cebolla, perejil, y hierbas aromáticas son buenas opciones para empezar.

  6. Aprovecha el compostaje
    Convierte los residuos orgánicos de tu hogar en abono natural para tu huerta, mejorando la calidad del suelo y disminuyendo basura.

  7. Involucra a toda la familia
    Haz que todos participen en el cuidado, para que sea un proyecto compartido que fortalezca los vínculos y el aprendizaje.


La huerta familiar urbana se ha consolidado como una práctica fundamental para la sostenibilidad y el bienestar en entornos urbanos. Esta estrategia no solo contribuye a mejorar la seguridad alimentaria al permitir que las familias cultiven sus propios alimentos frescos y saludables, sino que también fomenta hábitos de vida más conscientes y respetuosos con el medio ambiente. La siembra y cuidado de plantas en espacios reducidos dentro de la ciudad promueve la reducción de la huella ecológica y la reutilización eficiente de recursos, incentivando el compostaje y el uso responsable del agua.

Además, la huerta urbana fortalece los lazos comunitarios al convertirse en un espacio de encuentro, aprendizaje y cooperación entre vecinos y familiares. La transferencia de conocimientos sobre técnicas de cultivo, manejo ecológico y conservación se traduce en un enriquecimiento colectivo que impulsa una cultura de sustentabilidad. Es importante destacar que estas prácticas también tienen beneficios educativos, ya que permiten a niños y jóvenes conectarse con la naturaleza y comprender la importancia de la producción local y el consumo responsable.

En definitiva, las huertas familiares urbanas no solo representan una fuente directa de alimentos orgánicos y saludables, sino que también constituyen una herramienta poderosa para el desarrollo social y ambiental de las ciudades modernas, promoviendo un estilo de vida más equilibrado, sostenible y solidario. Por todo ello, fomentar y apoyar estas iniciativas es clave para construir comunidades más resilientes y conscientes del valor de su entorno natural.

Aquí hay algunas cosas que debes saber en caso de que decidas incluir una huerta en tu hogar:

  1. Beneficios de la huerta familiar urbana
    La huerta urbana mejora la salud porque permite consumir alimentos frescos y naturales, lo que favorece una dieta más saludable. Además, contribuye a la economía familiar al reducir el gasto en verduras y hortalizas compradas. También tiene un impacto positivo en el medio ambiente, ya que promueve prácticas sostenibles y reduce la huella ecológica al disminuir el transporte y los empaques.

  2. Herramientas básicas para empezar
    Para cuidar una huerta es necesario contar con herramientas como palitas, regaderas, macetas y guantes. Estas herramientas facilitan las labores diarias y ayudan a mantener las plantas saludables, siendo una inversión inicial que vale la pena para obtener mejores resultados.

  3. Plagas comunes y control natural
    En las huertas urbanas pueden aparecer plagas como pulgones, ácaros o moscas blancas. Es recomendable usar métodos naturales para controlarlas, como insecticidas caseros o plantar especies que repelen insectos dañinos (caléndula, albahaca), evitando así el uso de químicos tóxicos.

  4. Recetas con productos de la huerta
    Aprovechar los alimentos de la huerta con recetas simples y saludables fomenta el consumo de productos frescos. Por ejemplo, ensaladas con hierbas aromáticas, salsas caseras o jugos naturales que incentiven una alimentación equilibrada y deliciosa.

  5. Compostaje casero
    Realizar compostaje con los residuos orgánicos de la cocina como cáscaras y restos de verduras permite obtener un abono nutritivo para las plantas. Esto contribuye a reducir la cantidad de basura y mejora la calidad del suelo de forma natural y económica.

Mis hobbies y quién soy: Soy extrovertida, amable y empática. Me gusta cocinar porque disfruto probar cosas nuevas y preparar comida rica pa...